Un término tristemente célebre o demasiado común para la época actual. Se podría hablar de angustia, ansiedad, desasosiego, desespero e inquietud permanente que roba nuestro equilibrio, nuestra paz mental Ahora el término estrés es parte de nuestro diario vivir, para todos es natural sufrir o tener esta sintomalogía lo vemos de una manera folclorica, como algo común en nuestro diario vivir.
El carecer del Prana o energía vital suficiente tiene que compensar esta carencia con la adrenalina que aporta la angustia, el miedo y la sensación de impotencia, si pudiéramos o supiéramos energetizarnos los retos serían oportunidades creativas.
Mas no hacemos conciencia de esa falta de salud física, mental, energética y espiritual y por ello nos hemos envuelto en un miedo ciego que absorbe toda una sociedad.
Ese camino de armonía, felicidad, vitalidad y sabiduría quedó en el recuerdo, en escritos de un pasado romántico, en el sueño de muchos escritos que hoy no tienen cabida pues el mundo actual se tornó en exigencias, responsabilidad, cumplimiento, metas, en deshumanización que programa metas sin conocer el estado energético del ser, del trabajador, del hombre de sociedad, olvidándose de sus biorritmos, de sus necesidades vitales y obligarlos y someterlos a un despliegue sin precedentes creando angustia, sufrimiento, que afectan a un ser de humanidad, lesionando el psiquismo, su salud total obligándole a tener excesos de cafeína, teína, nicotina y demás narcóticos.
El estrés es un reto energético ante un desafío, una meta o una exigencia. El ser humano actual al conocer de una cultura energética trata de ejecutar o llevar a cabo una operación sin un horizonte sin un ritmo y mucho menos una retroalimentación energética.
Al conocer el Prana o energía vital suficiente tiene que reemplazar esta deficiencia con la adrenalina que roba su paz y equilibrio mental. Ese miedo e inseguridad que obstaculiza un camino de sabiduría, alegría y armonía.
si pudiéramos o supiéramos energetizarnos la vida se tornaría en arte y en sabiduría. Un camino de magia, un horizonte lleno de milagros y sapiencia.
El carecer del Prana o energía vital suficiente tiene que compensar esta carencia con la adrenalina que aporta la angustia, el miedo y la sensación de impotencia, si pudiéramos o supiéramos energetizarnos los retos serían oportunidades creativas.
Mas no hacemos conciencia de esa falta de salud física, mental, energética y espiritual y por ello nos hemos envuelto en un miedo ciego que absorbe toda una sociedad.
Ese camino de armonía, felicidad, vitalidad y sabiduría quedó en el recuerdo, en escritos de un pasado romántico, en el sueño de muchos escritos que hoy no tienen cabida pues el mundo actual se tornó en exigencias, responsabilidad, cumplimiento, metas, en deshumanización que programa metas sin conocer el estado energético del ser, del trabajador, del hombre de sociedad, olvidándose de sus biorritmos, de sus necesidades vitales y obligarlos y someterlos a un despliegue sin precedentes creando angustia, sufrimiento, que afectan a un ser de humanidad, lesionando el psiquismo, su salud total obligándole a tener excesos de cafeína, teína, nicotina y demás narcóticos.
El estrés es un reto energético ante un desafío, una meta o una exigencia. El ser humano actual al conocer de una cultura energética trata de ejecutar o llevar a cabo una operación sin un horizonte sin un ritmo y mucho menos una retroalimentación energética.
Al conocer el Prana o energía vital suficiente tiene que reemplazar esta deficiencia con la adrenalina que roba su paz y equilibrio mental. Ese miedo e inseguridad que obstaculiza un camino de sabiduría, alegría y armonía.
si pudiéramos o supiéramos energetizarnos la vida se tornaría en arte y en sabiduría. Un camino de magia, un horizonte lleno de milagros y sapiencia.
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