Hoy Dios te llama
En cada hoja que encuentras
En la voluptuosidad de los árboles
En esa sonrisa desprevenida
En el movimiento del viento
En esa cascada que nos arrulla
En la hierba que crece
En la placidez de una cara
En esa palabra que acallas
En cada niño que llora
En la soledad de tu ser
En la brisa que juega
En ese anciano a veces lánguido
En todo instante Él está
Permítete verlo